La Virtud más Grande


Lucas 6:37 - "No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados." Introducción: Nuestra enseñanza debe ser bíblica. Nuestra doctrina debe venir de la Biblia, y no de la filosofía humana. Nuestras filosofías personales deben estar basadas en la Biblia. Con “filosofía”, queremos decir “modo de pensar”. La Biblia debe ser la influencia principal en nuestro modo de pensar.

No quiero que el fundamento de mi modo de pensar esté basado en lo carnal, y en lo temporal. Y la forma más segura de mantener mi modo de pensar o mi filosofía correcta es edificar mi vida sobre la Biblia.

Todo lo que Dios hace está basado en el hecho de que ha pensado en todo. No se le pasa nada. A veces a nosotros se nos ocurre una “gran idea”, y resulta ser necia. Dios nunca hace eso, porque El ve el principio y el fin antes de que suceda cualquiera de los dos.

Con eso en mente, quiero que veamos algo acerca del perdón en base del pasaje de II Corintios 2:5-11. Las simples declaraciones de Pablo habla tomos acerca del perdón:.

1. Al que vosotros perdonáis, yo también...
En otras palabras, Pablo está diciendo que está dispuesto a perdonar cualquier cosa. Está diciendo, “lo perdono antes de examinarlo.” Está diciendo “El perdón no es un acto. Es una actitud.”

Dios no hace provisión para la falta de perdón. Pablo no pone excusas para no perdonar. Dios tampoco. Las excusas para no perdonar no valen en los ojos de Dios. Dios espera que estemos dispuestos a perdonar TODO.

A propósito, “perdonar” no significa que la persona perdonada vuelve a ocupar la misma posición en tu vida. Tal vez eso es lo que impide que mucha gente perdone. Perdonar no es aprobar lo que la persona hizo.

Por ejemplo, un empleado roba dinero de su empresa. Lo regresa o pasa tiempo en la cárcel. Si el patrón es cristiano, debe perdonarlo, pero no está obligado a regresarle su trabajo.

Si alguien enciende mi casa, debo perdonarle, pero no le voy a invitar a asar carne. Nuestra “sabiduría” para el futuro no debe detenernos de perdonar en el presente.

Debes perdonar y olvidar la ofensa, pero no debes dejar que tu perdón y tu olvido te hagan perder tu juicio.

Yo creo que Pablo perdonó a Alejandro, el calderero, pero no olvidó el peligro que presentaba a otros creyentes.

Hace poco un ex-alumno del Instituto intentó robar dinero de la iglesia. Me pidió perdón. Le dije: “No me has ofendido a mí. El dinero es de Dios.” Lo “perdoné” (aunque yo no soy el que debía perdonarle), pero avisé a otros pastores acerca del peligro que presentaba si dejaban que entrara a sus iglesias.

Tratar a alguien con prudencia no es falta de perdón - es sabiduría.

Rehusar saludarle es falta de perdón. Yo vi a ese ex-alumno en una conferencia. Lo saludé, y le dije que estaba orando por él.

Maltratar a alguien por sus ofensas en el pasado es falta de perdón. Rehusar ayudar a alguien por sus ofensas pasadas es falta de perdón. NUNCA debemos borrar a una persona de nuestra lista. Tal vez tenemos que dejar de tener comunión cercana con él o con ella, pero no tenemos que ser descorteses ni crueles. Lea I Corintios 5:11.

No debes salir a comer con él, pero salúdalo y sonríe al encontrarlo.

Estuvo en la conferencia en febrero un hombre que me hizo un daño que tardé años para reparar. Lo saludé. Lo abracé. Le di unas Biblias. Pero no salgo a comer con él, y no recomiendo que tú salgas a comer con él. El fue a mi casa (esto hace años). Se puso de rodillas en la sala de mi casa. Me pidió perdón. Mi respuesta fue: “Desde el momento en que descubrí lo que hiciste, te perdoné.” Pero no vuelvo a exponerme de tal manera que él pueda volver a hacer lo que hizo.

2. “Por vosotros lo hice” NO para mi bien. Aquí hay una gran lección. Perdono NO para que YO me sienta mejor. Debo perdonar para que la persona pueda ser restaurada. El asunto principal es la RESTUARACIÓN. Lea Gálatas 6:1.

Lo que queremos (o DEBEMOS querer) es que el que ha hecho mal regrese al lugar de la voluntad de Dios, para que Dios pueda usarlo.

Bernabé y Saulo tuvieron un desacuerdo muy fuerte entre ellos a causa de Juan Marcos. Pero después Pablo pidió que Timoteo llevara con él a Juan Marcos, porque le era útil para el ministerio, 2 Tim 4:11.

3. Yo no debo necesitar ser perdonado para que yo perdone. No me debe ser necesaria la justicia en MI vida para que yo trate a OTRO con justicia. Pablo dice: “Si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo.”

No debe ser necesario que alguien me “ruegue” para que lo perdone. El Hno. Hyles decía: “Tengo una bodega llena de perdón.”

¿Se le hizo justicia a Cristo en la cruz del Calvario? Pero El dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen...”

Estamos demasiado preocupados porque se nos haga justicia a nosotros mismos. Dios quiere que vayamos la segunda milla por bien de otros.

Pero ¿cuántas veces debo hacer esto? Lea Mateo 18:21-22.

4. Perdono “en la presencia de Cristo”. Perdono porque Cristo es mi ejemplo.

Lea Colosenses 3:13 ¿Cuánto perdonó Cristo? ¿Merecían sus ofensores ser perdonados? NOSOTROS no somos los jueces para decidir si uno “merece” nuestro perdón. Simplemente debemos perdonar “De la manera que Cristo os perdonó...”

Nuestro gozo debe ser que estamos haciendo algo como Cristo lo hizo, y algo que le agrada a Cristo.

5. Debo perdonar “...para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros.”

Pablo no quería que Satanás ganara ventaja en su propia vida, ni en las vidas de los miembros de esa iglesia.

La falta de perdón - rehusar perdonar a otro - deja la puerta abierta para que entre Satanás, y gane ventaja sobre nosotros.

El cristiano a quien Satanás más fácilmente engaña y usa es el que rehúsa perdonar, y por su falta de perdón, se llena de amargura, odio, rencor y venganza.

Por eso el muchacho que fue violado o la muchacha que fue violada en su niñez se involucra en los pecados más perversos. ¿Por qué? Porque nunca perdonó a la persona que le maltrató. Y eso deja la puerta abierta para que Satanás gane la ventaja.

Por eso hay matrimonios en que parece que siempre hay un desacuerdo. Es por falta de perdón. Lea Colosenses 3:18-19.

El que rehúsa perdonar le está haciendo un favor al Diablo.
No te ayuda a ti.
No le ayuda a la persona a quien rehúsas perdonar.
No ayuda a la causa de Cristo.
No le ayuda a la iglesia
Sólo ayuda a los poderes de las tinieblas.

Mi perdón de otros es para beneficio de otros, y para la protección de mi propia vida. El odio y la falta de perdón le dan la bienvenida al diablo para entrar a mi vida y destruirme.

Conclusión: TODOS vamos a ser ofendidos. Eso es parte de la vida. .
Eso significa que más vale que aprendamos a perdonar como Dios nos manda que lo hagamos.

1. Estoy dispuesto a perdonar cualquier cosa.
2. Lo hago por bien de otros.
3. No exijo justicia en mi propia vida como condición de perdonar a otro.
4. Perdono “en la presencia de Cristo” - en LUGAR de Cristo - como CRISTO perdonó.
5. Perdono para que Satanás no gane la ventaja.

No hay nada que daña y peligra a una iglesia como la falta de perdón entre sus miembros. Más que el adulterio, más que la fornicación, más que la falsa doctrina.

No hay nada que daña y peligra una familia o un matrimonio como la falta de perdón entre los esposos y los demás familiares.

¿A quién le debes perdonar? No esperes. Perdona, y disfruta ese sentido de purificación del alma que solo viene cuando te deshaces del veneno que peligra tu alma y tu bienestar.



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