La Evangelización Mundial - Lección 2


Isaías 6:8 - “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.” ¿Qué es un misionero? “Un misionero es uno que es enviado por una iglesia (con la ayuda de otras iglesias) DE donde el evangelio se está predicando para predicar el evangelio donde el evangelio se está predicando MENOS.”

Introducción: El Señor Jesucristo dijo en Mateo 16:18: “...sobre esta roca edificaré mi iglesia.” Cristo personalmente estableció la primera iglesia de creyentes bautizados. Les dio a esa congregación la comisión de ser misioneros, Mateo 28:18-20.

A través de los que fueron esparcidos y enviados a distintos lugares, otras iglesias fueron establecidas. Cada iglesia verdadera hoy en día existe porque había otras personas que tenían un corazón para la obra misionera. Por lo tanto, cada iglesia actual que pretende ser de Dios ¡DEBE TENER UN CORAZÓN PARA LA OBRA MISIONERA!

I. LA COMISIÓN FUE DADA A LA IGLESIA LOCAL.

A. Fue dada a los Apóstoles, Hechos 12.

B. Los Apóstoles fueron los primeros oficiales de la iglesia, I Cor 12:28

II. LA IGLESIA DEBE SER UN CENTRO DE ENTRENAMIENTO PARA PREDICADORES Y MISIONEROS.

A. La iglesia fue comisionada a enseñar a los recién salvos que “...guarden todas las cosas que os he mandado...” Mateo 28:20.

B. Desde la niñez hasta la madurez, la iglesia debe enseñar a la gente a vivir por principios bíblicos.
1. Para que sean salvos, II Tim. 3:15
2. Para que estén preparados para servir, II Tim. 3:16-17; 2:15.

NOTE: Es la responsabilidad de la iglesia local enseñar y entrenar a sus miembros a conocer y obedecer la Palabra de Dios. Por eso el Instituto Bautista Bíblico Monte Hebrón es un ministerio de la Iglesia Bautista Monte Hebrón, y no de alguna almagama denominacional.

Los siervos de Dios no solo deben ser “enseñados” sino también “entrenados” en una iglesia donde pueden aprender a hacer lo que el Señor nos mandó a hacer: ¡ALCANZAR A LOS PERDIDOS PARA CRISTO!

Una iglesia necesita tener cuidado de que otras actividades, como la educación secular y eventos sociales, no tome el lugar de su obra principal: llevar y enviar el evangelio a los perdidos. Si puede hacer las dos cosas, está bien. Pero nuestra PRIMERA responsabilidad es hacer llegar el evangelio a toda criatura. Esto solo puede hacerse si los miembros de la iglesia tienen un corazón para enviar a misioneros a todas partes del mundo. Por eso tenemos una Conferencia Misionera: para que los misioneros que conocen la necesidad puedan desafiarnos para participar en esa necesidad.

Una iglesia o un pastor “celoso” de sus “obreros”, que rehusa enviarlos a otras partes porque no quiere “perderlos”, pronto se estancará y no tendrá obreros ni para mantener sus propios programas locales.

NUNCA debemos degenerarnos a pensar solo en nosotros mismos. SIEMPRE debemos tener un corazón para enviar a predicadores a los lugares más allá de nosotros.

III. LA IGLESIA DEBE DAR SACRIFICADAMENTE A LA OBRA MISIONERA.

Filipenses 4:15-18 habla de un “sacrificio”. II Cor 8:1-3 dice que los Corintios habían “...dado más allá de sus fuerzas.”

Cada iglesia local debe ser un centro para entrenamiento misionero y evangelismo. Este debe ser el propósito principal de nuestra existencia. Si este no es el caso, no debemos pretender ser una verdadera iglesia.



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