El Cristiano alejado de Dios


Salmos 16:11:
“Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” No haya tristeza como la de un cristiano alejado de Dios. El cristiano alejado de Dios está más triste que el inconverso, porque el inconverso nunca ha conocido las delicias y los gozos de la salvación, y el creyente sí.

La historia de la familia de Elimelec y Noemí es la historia de las vidas de muchos cristianos.

1. “...hubo hambre en la tierra.” El hambre que hubo en la tierra no fue culpa de Noemí y Elimelec. Parte de la razón está en Jueces 21:25: “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.” Fue un problema nacional. Fue una condición general. Fue un problema - como tantos otros - de liderazgo, o más bien, de FALTA de liderazgo. Una de dos cosas: o el pueblo no tenía a quién seguir, o no querían seguir al que les estaba ofreciendo liderazgo. El resultado de cualquiera de esas dos condiciones siempre es desastroso.

Pero TODOS estaban sufriendo - no nada más Elimelec y Noemí. TODOS tenían hambre. El problema de Elimelec y Noemí no fue el hambre. El problema de Elimelec y Noemí fue la solución con que trataron de resolver el problema.

El hambre física - la necesidad material - no causa debilidad espiritual. Pablo dijo “Cuando soy débil, ENTONCES soy fuerte...” La fortaleza espiritual SOSTIENE en tiempos del hambre física. El hambre física - o la necesidad material - solo REVELA lo que somos espiritualmente. DESCUBRE nuestras debilidades.

No fue simplemente el hambre física que los alejó de Dios. Fue hambre espiritual. No había rey en Israel. Nadie estaba dispuesto a tomar las riendas, a decir como en los días de Josué: “Yo y mi casa serviremos a Jehová.”

2. “Fueron a los campos de Moab...” Moab fue el enemigo del pueblo de Dios, y por tanto, el enemigo de Dios. El error de Elimelec y Noemí fue buscar la solución de su problema en el mundo. Este siempre es el resultado de hambre espiritual. Tan pronto que el alma cese de alimentarse de Dios y de su Palabra, busca las cosas del mundo extraño - del enemigo. Como el hijo pródigo. Su problema comenzó mucho antes de llegar al marranero. Su problema comenzó por una flaqueza espiritual. El problema de Elimelec y Noemí comenzó mucho antez de llegar el hambre. El hambre sólo descubrió su verdadero problema.

Estoy seguro que Elimelec y Noemí pensaron, “Pues no nos queda otra.” “Tengo que trabajar los domingos.” “No tengo tiempo para ganar almas.” ¡ESO NO ES CIERTO! Ese es un pretexto. Los DEMÁS no se fueron. No TODOS salieron de Belén. ALGUIEN se quedó allí.

Nunca es necesario abandonar la voluntad de Dios
para satisfacer tus necesidades materiales.

Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

3. El esposo de Noemí murió, vs 3. Esta es la secuencia natural. La muerte espiritual siempre viene después de una larga deficiencia de alimentación espiritual. La paga del pecado es muerte, para el creyente así como para el incrédulo. En el caso del creyente, esto no significa de la pérdida de la salvación.

El cristiano “muerto” espiritualmente es el que está en la misma condición que el inconverso en cuanto a su relación con Dios.

4. Sus hijos tomaron esposas de entre las mujeres de Moab, vs 4. Esto fue prohibido por Dios. La voluntad de Dios fue que judío se casara con judío. Esto no fue asunto racial. Fue asunto espiritual. La voluntad de Dios es que un cristiano se case con una cristiana. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos...”

Pero esto también es natural. Cuando la fuerza espiritual baja, los apetitos de la carne aumentan, y un cristiano carnal no QUIERE la compañía de un cristiano espiritual. Está más cómodo entre los inconversos que entre los cristianos dedicados.

¿Con quién estás más cómodo, mi hermano? Tal vez por eso faltas tanto a la iglesia. ¿Estás más cómodo en el mundo que en la iglesia?

5. Habitaron en Moab, vs 4. En el vs 1, dice que fueron a MORAR - esa palabra expresa algo provisional - una visita. No fueron con la intención de quedarse. NINGÚN cristiano va al mundo con la intención de no regresar.

Ese es el problema del pecado.
Te lleva más lejos que lo que pensabas ir.
Te hace gastar más que lo que pensabas gastar.
Y crea compromisos que no puedes disolver.


Dios nos ha llamado a ser peregrinos, advenedizos, extranjeros en la tierra. Debemos considerar a este mundo como un escenario a través del cual estamos pasando en nombre del Rey. Cuando vienen el hambre y la muerte espiritual, y el cristiano “se casa” con las cosas de esta vida, y su vida se consume con ellas, él ya no es ni extrajero ni peregrino, sino habitante, tierrahabiente. Deja de ser ciudadano del cielo, y llega a ser morador de la tierra.

El cristiano “muerto” o carnal piensa como el mundo, mira las cosas y la vida como el mundo las mira - sólo busca la conveniencia y la comodidad provisional. No tiene mente para lo eterno.

6. Pero entró en el corazón de Noemí un deseo de regresar a la Tierra, al pueblo de Dios, vs 6. Quería regresar porque por nacimiento fue israelita, y parte del pueblo y del pacto. Cuando la raíz de la relación divina está en el corazón; donde la regeneración, el nacimiento espiritual han sido una REALIDAD, tarde o temprano el corazón se cansa de la FALSEDAD y la FALTA de la realidad de la carne y del mundo, sus decepciones, sus traiciones - y anhela como el pródigo, su casa, su tierra y a su Padre.

7. Noemí se queja de que el Señor ha tratado amargamente con ella, vs 20. Esta es la tragedia del que se aleja de Dios, y luego quierer egresa. ¡GLORIA A DIOS por el que regresa! El problema es que NUNCA regresa igual que cuando se fue.

Y el eterno canto de los que han caído es acusar a Dios. Culpar a Dios por su tristeza su pérdida. Pero NO es la culpa de Dios.

Segamos lo que sembramos. “El que siembra para la carne, de la carne segará corrupción...” El que siembra incredulidad, segará separación de la mente y el espíritu de Dios. Estará en un estado de constante conflilcto y confusión, siempre corriendo de cosa en cosa tratando de encontrar lo que abandonó cuando dejó la voluntad de Dios. Vive huyendo de su responsabilidad en lugar de encontrar en ella la realización, siempre provocando a Dios al juicio en lugar de la gracia.

8. “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías”, vs 21. En Belén, Noemí había tenido la bendición de Dios, y no lo sabía. Tenía a su esposo, a sus hijos, la bendición y la Providencia de Dios. Tenía las promesas de Dios, estaba en la TIERRA de promesa. Pero eso no fue suficiente.

¡MÁS VALE QUE LO QUE DIOS NOS DÉ SEA SUFICIENTE!

Con todo eso, en el momento del aprieto, se alejó de Dios. Dios determinó regresarla. Pero para hacerlo, tuvo que separarla de las cosas que la detenían en Moab. Cortó los vínculos que la detenían.

Otra y otra vez Dios tiene que quitarnos las cosas que amarran a sus hijos al mundo. A veces es un esposo, un hijo, fortuna, reputación, salud.

Quitará la cosa de que más nos jactamos y de que más dependemos - las cosas que son obstáculos para que le sirvamos.

Debe hacernos temblar ver a un cristiano tan comprometido a las cosas de esta vida, o a sus sentimientos, a sus prejucios, que su rostró está hacia el mudo en lugar de hacia Dios.

Debemos temblar de temor porque si esa mujer o ese hombre en verdad es de Dios, Dios meterá el visturí - hará cirugía espiritual - y cortará cualquier cosa para volver a traer a su hijo redimido, aunque sea con las manos vacías.

¿Qué estás dispuesto a perder para obedecer a Dios? ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para que Dios te regrese? Regresa ANTES de que Dios vacíe tus manos.


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